El espionaje electrónico masivo de EE.UU. y de otros países occidentales obliga a estados independientes de América Latina a desarrollar nuevas formas de protección de sus intereses nacionales en plena guerra informática.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha anunciado en
su cuenta de Twitter que un sistema de e-mails protegido contra el espionaje
será implementado en todas las oficinas del Gobierno Federal. Se planea que en
el proyecto, que será lanzado en el primero o en el segundo semestre de 2014,
participen empresas privadas que, a cambio de sus servicios, podrán colocar sus
anuncios publicitarios.
"Esta es la primera medida para ampliar la
privacidad y la inviolabilidad de mensajes oficiales", señaló Rousseff. La
mandataria informó que el desarrollo del sistema codificado será realizado por
el Serpo (Servicio Federal de Procesamiento de Datos).
El Gobierno de Brasil también está analizando la
posibilidad de implementar un sistema electrónico gratuito a través de los
Correos Nacionales.
La necesidad de proteger la correspondencia oficial y
privada de los miembros del Gobierno, así como a las redes de comunicación de
las grandes empresas nacionales de la industria petrolera Petrobras, surgió
tras las recientes revelaciones de Edward Snowden, exagente de la CIA, que
demostraron que EE.UU. y Canada desarrollaban un espionaje masivo en el
exterior. En el caso de Brasil, la vigilancia tenía ante todo fines económicos
y se centró principalmente en los recursos naturales estratégicos brasileños
como níquel, oro, petróleo, manganeso y bauxita, entre otros.
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